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miércoles, 29 de noviembre de 2023 16:05h.

Historias de la vida en las calles de Arona

En esta ocasión, me gustaría compartir con usted algunas historias que he presenciado en las calles, donde las circunstancias pueden ser bastante singulares y divergentes a las que normalmente encontramos en nuestra vida diaria.

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A nuestro amigo podemos verlo diarimente en las puertas del Dial Prix de los Cristianos, al lado de la cafetería Media Luna

Permítame presentarle a un conocido mío, un individuo a quien aprecio y con quien tengo conversaciones interesantes. Él reside en una cueva ubicada en un barranco, rodeado de cuatro perros a los cuales cuida con esmero, ya que se considera ferviente defensor de los derechos de los animales.  A pesar de las modestas condiciones de su hogar, cuenta con acceso a agua gracias a una tubería que alcanza hasta su morada.

Originario de Badajoz, España, ha atravesado momentos difíciles recientemente. Su padre falleció en marzo del año pasado, seguido de su madre una semana después, y, posteriormente, de otra hermana en un breve espacio de tiempo. A pesar de estas pérdidas, todavía cuenta con once hermanos, ya que eran trece en total.

Afortunadamente, su salud mental se encuentra en óptimas condiciones en la actualidad. En este momento, está a la espera de que el sistema judicial de Badajoz resuelva los conflictos relacionados con la herencia, la cual incluye una extensa finca de 72.000 metros cuadrados. Sin embargo, debido a las disputas familiares, la única solución factible será a través del proceso legal.

Recuerdo un encuentro que tuve en Los Cristianos, al sur de Tenerife, donde me topé con un caballero italiano que, aparentemente, se encontraba mendigando y solicitando un euro a los transeúntes. Sin embargo, lo que llamó mi atención fue que este individuo estaba elegantemente vestido y disfrutando de un buen puro.

Esta irónica imagen logró arrancarme una sonrisa, por lo que decidí obsequiarle un euro mientras le expresaba mi sorpresa. En respuesta, este señor me inquirió acerca del motivo de mi risa. Al explicarle que me pareció gracioso el modo en que solicitaba limosna, vestido de forma distinguida y disfrutando de su puro, compartimos un instante de humor y complicidad. Si bien no profundizamos en detalles sobre su salud mental en ese momento, ambos disfrutamos de aquel efímero momento de camaradería.

Por último, resulta relevante mencionar que también existen personas que gozan de un nivel de vida confortable y estabilidad económica. Estas personas, a pesar de sus comodidades, pueden cruzarse en nuestro camino en situaciones que nos conmueven y nos invitan a reflexionar.

Estas historias, aunque distintas en apariencia, nos recuerdan la diversidad de realidades que convergen en nuestras calles. Nos confrontan con situaciones que, en ocasiones, pasamos por alto y nos incitan a reflexionar acerca de la multiplicidad de circunstancias que existen en nuestro entorno.