Senegal avanza pero el pueblo no lo nota
Macky Sall inició su mandato en el año 2014 con un ambicioso plan llamado Senegal Avanza, Senegal Emergente, con el objetivo de elevar a Senegal a niveles sociales y económicos más altos. El plan ha logrado grandes avances en la construcción de carreteras durante estos 10 años, superando la cantidad total de carreteras construidas en toda la historia del país.

Destacan proyectos como la autopista que va desde Dakar hasta Guienguigio, luego continúa hasta Thies y posteriormente hasta Touba. Aunque estas autopistas han mejorado significativamente el transporte en Senegal, es importante mencionar que, al ser de peaje, no todos pueden costear el uso de las mismas.
La razón detrás de los peajes es que estas autopistas fueron financiadas con capital chino y francés, quienes recuperarán su inversión en un plazo de 25 años. Así, aunque se hayan construido autopistas, no serán propiedad de Senegal hasta dentro de un cuarto de siglo.
Además de las autopistas, se han mejorado considerablemente muchas carreteras secundarias que antes eran de tierra, ofreciendo una mejor red vial en términos de calidad y acceso. También se ha observado una modernización significativa en el transporte terrestre, pasando de tener camiones franceses de la Segunda Guerra Mundial en mal estado a contar con vehículos de última generación de marcas como Renault, Iveco, Mercedes y marcas chinas que imitan a las europeas. Sin embargo, persiste cierta discrepancia en esta transición.
A pesar de estos avances, el transporte público de pasajeros sigue siendo similar al de hace una década, con los característicos autobuses pintados de múltiples colores que indican "transporte en común", camionetas Mercedes para viajes más largos, autobuses para distancias superiores a 100 km, así como los taxis piratas, taxis amarillos y negros, y las motocicletas KTM conocidas como yakartas.
En resumen, el sistema de transporte para el pueblo senegalés sigue sin cambios significativos o incluso ha empeorado, especialmente por el aumento en el precio de los combustibles. En definitiva, las necesidades básicas de la población común siguen siendo las mismas que hace una década.