El pasado sábado 2 de marzo, en el Centro Comercial Chaparral de Costa del Silencio, en el sur de Tenerife, perteneciente al Municipio de Arona, un delincuente robó una tablet mientras Yaiza se descuidaba por unos segundos.

Yaiza es una joven que se gana la vida cantando donde puede, pero esa noche no pudo trabajar en la Tasca Isa debido al robo que fue reportado a la Comandancia de la Guardia Civil. Esperamos que este delincuente sea capturado, aunque sabemos que hay muchos más en todas las áreas del planeta Tierra.

Algunos vecinos confiesan que suelen ser jóvenes adictos a las drogas, desesperados por obtener una dosis de heroína que cuesta unos veinte euros, y son capaces de cambiar hasta un televisor valorado en tres mil euros por un par de gramos de dicha sustancia. La tablet de Yaiza, la joven víctima, tenía programas musicales con un valor de más de cinco mil euros; sin embargo, es probable que, en caso de venderla en el mercado negro, borren todos los programas, ya que según los expertos informáticos, es casi imposible encenderla sin las claves necesarias.

Algunos de nuestros amigos de Marruecos están de acuerdo con la sentencia de diez años de cárcel impuesta a los ladrones de teléfonos móviles, ya que consideran que es un ejemplo necesario para disuadir a aquellos que se dedican a esta actividad delictiva. Se ha observado que algunos de estos delincuentes utilizan vehículos motorizados para robar teléfonos móviles a personas que están distraídas utilizando sus dispositivos.

Las autoridades también advierten a través de algunos Policías Municipales de Arona que, en caso de detectar un camión desconocido estacionado cerca de sus hogares, se debe tomar una fotografía de la matrícula del vehículo, ya que podrían ser individuos que están vigilando los horarios de entrada y salida de los residentes con el objetivo de cometer robos.

Lamentablemente, la mayoría de los jóvenes que cometen actos delictivos sin escrúpulos lo hacen impulsados por su adicción a sustancias estupefacientes.