');
Buscar
viernes, 29 de marzo de 2024 00:49h.

La lucha de Icod de los Vinos por salvar su molino de agua del siglo XVII

El molino de agua de la plaza de Las Angustias de Icod de los Vinos (Islas Canarias) es un Bien de Interés Cultural (BIC) que se encuentra en un lamentable estado de conservación. Los actuales dueños no pueden restaurarlo, por lo que desean venderlo a la administración pública o a alguna entidad privada.

Molino Agua Icod de los Vinos _Fotor
La construcción hidráulica entra en la Lista Roja del Patrimonio por su abandono

La población desea que se adquiera esta construcción, pues se podrá dotar al barrio de las Angustias de un Centro Cultural y un museo para exponer la ancestral tradición de las Libreas de los Diablos de Angustias.

Sin embargo, por el momento, se encuentra en estado de abandono, y parte de la calle la ocupa un muro de protección que previene de un posible desplome de la construcción.

Por estos motivos, el molino de agua de la plaza de Las Angustias de Icod de los Vinos (Islas Canarias) acaba de ser incluido en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania listarojapatrimonio.org) y que recoge más de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.

Se trata de un molino de agua ubicado en la plaza de la ermita de las Angustias, en el extremo norte del casco histórico del pueblo de Icod de los Vinos. Posee ribera de mampostería que lleva el agua a lo alto del Cubo. Es una amplia construcción para contener el agua y hacer mover los pares de piedra para la molienda de los granos. A su lado se alzan varias construcciones de patrón tradicional, siendo una de ellas la sala de molienda y en la parte baja se ubica el “chaboco” (hendidura), donde se concentran los rodeznos que mueven las piedras superiores. Desde ahí el agua se vuelve a encauzar para ser llevada al último de los molinos del conjunto de molienda, ya al pie del barranco y por debajo de la ermita de las Angustias.

En el siglo XVII se construye un conjunto de molinos que siguen el perfil del barranco Caforiño, por el que se encasan las aguas en la cumbre y se llevan hasta las tierras de regadío ubicadas en una cota más baja. En el año 1602, el capitán Cristóbal López de Vergara levanta un primer sistema de molienda al pie de la plaza principal encauzando las aguas hacia la costa. Este molino, como el de Las Angustias, conforman un grupo de cuatro edificaciones desde el más alto, en la calle El Barranco, hasta el último alzado por debajo de la ermita de las Angustias. Los últimos molinos de la ruta están vinculados con la familia de comerciantes de la carrera de Indias, los Torres.