Todo ello quedó puesto de manifiesto tras exponer en el último pleno que las acciones de FITUR no tenían objetivo alguno, que no se dirigían a un segmento de clientes preferentes y que se limitaron a proyectar un “popurrí” de conceptos para “gente viva”.

Es innegable que el desvarío en la gestión turística del equipo que dirige Marco González pone en riesgo el prestigio regional, nacional e internacional de Puerto de la Cruz.

El Grupo Municipal Popular se interesó en la sesión plenaria de carácter ordinario mantenida el último lunes del pasado mes de enero por las acciones desarrolladas en FITUR a cargo de los tres concejales desplazados hasta Madrid, ciudad donde se celebra esta feria turística, entre las tres más importantes del mundo. El PP recibió la respuesta de la concejal delegada de Turismo, quien sorprendió indicando que había proyectado 10 vídeos, además de recordar que fueron de la mano de Turismo de Tenerife, pero sin concretar en ningún momento quiénes eran los destinatarios de las acciones publicitarias desplegadas en la feria madrileña.

Con la crispación que en ocasiones precedentes ha dejado exteriorizar la edil socialista ante la insistencia de los concejales del Partido Popular, Carolina Rodríguez, poco avezada por lo que se ve al sano debate democrático, insistió en que habían vendido seguridad y digitalización del destino, pero sin dar a conocer nombre de país, segmento o turoperador objeto de la promoción. Eso sí, alardeó de haber preparado 10 vídeos y que los habían “repartido” entre medios de comunicación, agentes y directores de hoteles.

Supuestos turistas israelitas

Un trabajo hercúleo y digno de aparecer en el libro Guinness de los récords.Ángel Montañés, concejal del Grupo Municipal Popular y presidente del Partido en la ciudad, preguntó en el transcurso de la sesión plenaria por el número de turistas israelitas que esperaba la concejal que vinieran a la ciudad en el caso de celebrar el Entierro de la Sardina, todo ello en relación a la intervención realizada por la propia edil durante la celebración de la última comisión informativa de la que ella es presidenta, y en la que, con mucho énfasis, dio a conocer que era vital celebrar el Carnaval por los centenares de israelitas interesados en este en evento.

Para sorpresa de los populares la respuesta a la pregunta fue que no sabían, aunque desde una agencia de viajes le habían dicho en FITUR que podían llegar hasta 400 como en otras ocasiones.

“La Ciudad Turística por Excelencia de Canarias, o sea, nuestra ciudad de Puerto de Cruz está en las peores manos en unos momentos donde ciertamente nos jugamos el ser o no ser en el sector turístico. Los intereses turísticos de Puerto de la Cruz corren peligro cuando Marco González y Carolina Rodríguez demuestran un día sí y otro también que los palos de ciego y el desconocimiento del área es real y absoluto”, sentencia Ángel Montañés.

Para el Partido Popular, amén de los muchos disparates mostrados durante la última sesión plenaria, resultó especialmente preocupante que el alcalde manifestó que aún no han tomado la decisión de qué va a pasar con la celebración del Carnaval, pese a la recomendación expresa hecha en su día del presidente Canarias, Ángel Víctor Torres de que se suspendan todos los actos.

Marco González riza el rizo manifestando para asombro de los presentes que si no había decidido suspender el Carnaval es porque según él sería una lástima que viniera algún turista y no encontrase acto típico de las carnestolendas en las calles de nuestra ciudad.

El Partido Popular le recordó al primer edil que la programación de todo gobierno es vital y que retrasar una decisión como ésta (dejándola para última hora, como todo en su gobierno) puede generar falsas expectativas entre los turistas, los cuales verán truncadas sus ilusiones con una suspensión a última hora, cuando ya han comprado pasajes y estancia.

Ángel Montañés tiene claro que esta sesión plenaria ha sido una muestra muy preocupante del inmenso disparate el seno del gobierno de coalición PSOE-ACP, con Marco González al frente, así como del mal momento político que vive la ciudad, con bandazos permanentes y una pérdida de posicionamiento en el mercado turístico.