La unidad de las izquierdas en Canarias, ni posible, ni deseable
Volvemos como en cada contienda electoral con la cantinela de la unidad de las izquierdas, esa que supuestamente provocaría un mejor resultado en las elecciones para las iniciativas a la izquierda del PSOE. Sin sorpresas en la colonia, como viene siendo habitual no parece que se vaya a lograr dicha unidad, por los intereses encontrados de la lideresa del partido morado Noemí Santana y algunos de los representativos de otras corrientes, al plantearse vetos, puestos en lista y otras condiciones inasumibles. Si la presumible división se acaba consumando vendrán los lamentos habituales en torno al ridículo, la división del voto, los egos, la lucha por los sillones y todo lo que queramos. Y en este punto me atrevo a plantear una pregunta: ¿es deseable y buena esa supuesta unidad de las izquierdas en las condiciones en las que se está planteando? Mi respuesta es un rotundo no. No es ni buena ni deseable esa unidad, para empezar porque se pretende la unidad de iniciativas políticas que pueden tener similitudes pero no son lo mismo, como tampoco son lo mismo una murga y una comparsa aunque las dos son carnavaleras, por eso actúan siempre por separado. Analicemos si no un momento los partidos y coaliciones que tenemos en las izquierdas alternativas.