Nos tienen jeringados
Los promotores y constructores en Canarias estamos padeciendo despropósitos por parte de la Administración Pública, que más que proteger, promoviendo nuestro trabajo, como primordial para un desarrollo ordenado y perdurable de la entera actividad económica, se ha convertido en una molestia permanente, como una piedra en el zapato. Fastidiando planes ilusionantes de inversión, importunando ocasiones de crear riqueza social, cansando al más paciente de los empresarios y jorobando con gusto por doquier. Es su sino, molestar, siendo lo contrario de lo que debería ser en teoría o en la práctica, porque como decía el político francés Louis de Bonald, “hay personas que no saben perder el tiempo ellas solas y son el azote de las gentes ocupadas”.