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sábado, 20 de abril de 2024 10:05h.

¿Todos fuimos Charlie Hebdo?. Yo también soy cristiano

Para empezar, vaya por delante mi respeto democrático a los carnavales como institución, como espacio lúdico social, rompedor e iconoclasta, irreverente y protestón.
Soy consciente de que Don Carnal es así. Y ello, debido a que la tradición lo manda y el pueblo al  que en la antigua Roma se le daba “pan y circo”, hoy necesita de los mismos estímulos para aliviar tensiones ante tanta corrupción a los más altos niveles y tanto flagrante pitorreo (palabra compuesta de preso y de lo otro) al personal de clase media mayormente. O séase: Los llamados sufridores, curritos, o pueblo llano. Vamos, los que no robamos, sino que nos ganamos el pan y pagamos impuestos con nuestro propio sudor no con el de otros.