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martes, 16 de abril de 2024 00:00h.

Conversaciones con un fondo buitre

Hace ya meses que un fondo buitre presiona judicial y extrajudicialmente a una madre de La Laguna (Tenerife) con dos hijos para que se vayan de la vivienda, y este viernes con permiso de la madre he hablado con este fondo buitre, Global Pantelaria (un fondo buitre vinculado al gigante inmobiliario Cerberus, del que formaron parte el hijo de José María Aznar y la propia Ana Botella, además de alguno de los hijos de Jordi Pujol, y que se quedaron en la pasada década con una cantidad ingente de viviendas a muy bajo coste cedidas por el Santander y otros bancos españoles) a través de un señor de Barcelona de una empresa intermediadora de las que contratan estos fondos.

De entrada le explico la situación de la madre con un hijo muy pequeño y una hija de 13 años, sin padre que ayude, sin trabajo y viviendo únicamente con un subsidio, motivo por el cual entró a ocupar la vivienda hace un tiempo estando como estaba vacía y abandonada. Lo siguiente que le comento es la posibilidad de llegar a un acuerdo de alquiler casi con precio de mercado, pues el Ayuntamiento de La Laguna está buscando casas para alquileres sociales y pagaría una buena cantidad de la renta del alquiler, cantidad que sumada a lo que pueda aportar la madre llegaría a un precio equivalente al del mercado libre.

El mediador me dice que la propiedad, esto es el fondo buitre, no quiere saber nada de alquiler de ningún tipo, y tampoco podría ser vendida a ninguna administración porque al parecer no está para la venta. Sin margen para negociar nada el negociador nos dice que las únicas dos opciones que hay es esperar a que salga el juicio y que la madre se vaya a la calle o aceptar una cantidad del fondo buitre que podría estar en torno a los 2.500 € como mucho.

Cuando le decimos que con ese dinero tal como está el mercado del alquiler en Tenerife no iría a ningún lado, porque no hay apenas casas en alquiler de temporada, dado que la mayoría se están pasando al negocio del alquiler vacacional, y porque además las pocas que hay exigen contratos, fiadores, nóminas y un montón de requisitos que la madre no puede presentar, y al final lo que pasará es que la madre tendrá que entregar los niños a menores y se romperá la familia. El mediador me dice entonces que el propietario no entiende de sentimientos, que lo siente mucho pero no hay nada que hacer, que si al menos estuviera en Cataluña le podrían hacer un alquiler social porque la Ley de Vivienda de Cataluña así lo obliga, pero como en Canarias no hay Ley que proteja a madres precarias que van a ser desahuciadas no hay nada que hacer.

Cuando me comentó eso estuve a punto de decirle lo afortunados que son en Cataluña, y lo desgraciados que somos aquí en Tenerife y en Canarias entera por tener a una clase política tan vendida y tan cobarde, pero luego pensé que para que le iba a decir nada, si a él eso ni le va ni le viene. Y así acabó nuestra conversación, emplazándonos para una futura dentro de una semana después de hablar con la madre y con los servicios sociales y valorar las pocas o casi ninguna opción que le queda a la madre.

En fin, nada que no sepan ya la mayoría de ustedes, pero me apetecía escribirlo.   Esto es Canarias, entre caciques y esclavos seguimos.