Aunque obviamente no tiene comparación con los judíos en el tren apretuñados camino al campo de concentración de Autswich en Polonia, el martes diecinueve de noviembre a las siete menos cuarto de la mañana (en la imagen adjunta confirma la hora), los pasajeros íbamos que no podíamos movernos ni siquiera un centímetro y los tubos de acero donde estamos obligados a agarrarnos estaban llenos de manos pegadas porque no quedaba otra.
Los conductores tienen una gran responsabilidad llevando a más de cien pasajeros en un solo viaje porque les da mucha pena dejarlos tirados en las paradas de guagua y saben que tienen obligación de incorporarse a sus puestos de trabajo. Incluso a algunos conductores la misma Guardia Civil de Tráfico les ha obligado a parar y no les sancionó, aunque sobren pruebas para multar.
En el supuesto caso de que por desgracia hubiera un accidente con la guagua cargada al cien por cien donde no cabe ni una botella de agua pequeña, tendríamos un problema más que grave, porque las muertes serían por aplastamiento y no estamos exagerando. Uno de los conductores que tuvo que parar porque la Guardia Civil de Tráfico obligó hacerlo, preguntó a uno de los Guardias Civiles, ¿Y que hago?. Deberían prohibir llevar pasajeros de pié y poner más guaguas, pero seguiremos jugando con el factor suerte a favor hasta el momento.
Justamente el tema de conversación de algunos pasajeros era el de las películas de los nazis cuando llevaban a los judíos en los trenes hasta los campos de concentración y seguidamente a las cámaras de gas, aunque volvemos a recalcar que no tiene comparación lo de ir en la guagua 467 desde Las Galletas hasta Los Cristianos en el sur de Tenerife, que ir desde Alemania hasta Polonia que son miles de kilómetros apretados a tope y sin un pisco de agua.
Hasta aquí la información, que ya hemos hablado bastante. Perdone las molestias y gracias por la atención prestada.