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sábado, 15 de febrero de 2025 12:34h.

Mensaje de amor y esperanza

juan santana 164912(1)
juan y Vanesa

Antes de compartir la imagen de Vanesa del Lajar de Bello, en el sur de Tenerife, le pedí permiso por obligación, sin revelarle el tema del que íbamos a hablar. Sin embargo, Vanesa está convencida de que mi intención no era causar daño, sino todo lo contrario. El mensaje que queremos transmitir es de amor y esperanza en todos los sentidos; compartimos la filosofía de que, en esta sociedad mayoritariamente dividida por siglas políticas y religiones, debemos cambiar nuestra forma de pensar. Para que nuestros cuerpos funcionen de la mejor manera, es esencial que nuestras "centrales lecheras", es decir, nuestros cerebros, estén en buen estado. Al igual que para levantar un peso necesitamos usar ambas manos, tanto la izquierda como la derecha.

Desgraciadamente, en el mundo de la política, nuestras mentes están programadas y divididas por palabras que pronunciamos. Términos como "ultraderecha" o "ultraizquierda", por ejemplo, han creado divisiones en lugar de fomentar la unidad. Como seres humanos, lo más importante es intentar ser buenas personas.

Como decía Rudyard Kipling: "Y hubo mil cosas que no elegí, que me llegaron de pronto y transformaron mi vida. Cosas buenas y malas que no buscaba, caminos por los que me perdí, una vida que no esperaba. Y elegí, al menos, cómo vivirla. Elegí los sueños para decorarla, la esperanza para sostenerla y la valentía para afrontarla."

Es una verdad irrefutable buscar la alegría, iluminando nuestro camino y los senderos de la vida. Debemos apartar las mentiras, sembrar flores perdidas y cultivar nuevas historias que compartimos. Algunos trabajamos de noche y otros de día, buscando el foco de la vida, una paz, una conexión.

El mensaje que deseamos transmitir a todos los lectores de Sol del Sur junto a Vanesa es sencillo: "Intentemos ser buenas personas, llenas de amor y esperanza". Esto ya es un gran reto y no es fácil, pero nadie dijo que fuera imposible. Agradecemos a Vanesa por permitirnos compartir su rostro lleno de luz. Con esto nos despedimos, continuando nuestra reflexión.