Los perros me ladran

Actualmente, podemos observar una gran cantidad de perros paseando por las calles. Se encuentran en centros comerciales, terrazas, avenidas, en carritos, y algunos visten ropa o gorras, acompañados de una variedad de accesorios. Los precios de estos perros varían según la raza y los caprichos de sus dueños. Además, vemos carteles suplicando que no se usen fuegos artificiales, ya que asustan a las mascotas.
Sin embargo, también hay muchos perros en las terrazas, y con sus ladridos hacen alboroto, pero no se les puede decir nada a sus dueños, pues podría armarse un gran lío. Sin más preámbulos, damos paso a Miguel Ángel Velázquez, psicólogo de Sol del Sur, para que nos ofrezca su versión de los hechos.
Vaya por delante que me gustan los animales de compañía. He tenido perros y tengo ahora en mi huerta a un gato comunitario, que me viene a visitar, come, bebe y me da compañía y su cariño unos ratos, y se va.
Existe la psicología animal. Se han realizado múltiples estudios sistemáticos del comportamiento animal. Y hemos conocido a través de esa psicología animal, que el ser humano, no solamente hay que compararles con sus semejantes, sino también situándoles en el conjunto de todos los seres vivos. Otros seres vivos animales, no humanos.
Encontramos en la, evolución de las especies, modelos que permiten comprender mejor el desarrollo del psiquismo humano, a partir de los automatismos y raíces afectivas, al igual que en otros animales, tienen también su psiquismo.
El Antropomorfismo es según la psicología moderna de a pie de calle, tal vez en unos más y en otros menos, la alteración en exceso, del comportamiento de humanizar y atribuir características, emociones o motivaciones a los animales, en particular a los de compañía.
Como todo en su justa medida, tratar a una mascota como “si fuera un ser humano” suele generarles estrés, se sienten sobreprotegidos. Según muchos expertos no es bueno para su salud física y mental darles la comida humana o bebidas, por ejemplo.
Cualquier ser animal necesita ser educado, ya que va a convivir en la casa, pero siempre teniendo en cuenta que sin quitarles la naturaleza de su especie.
Hay un término o palabra utilizada por primera vez por el periodista y escritor Jon Katz, la PETHOFILIA, que son aquellas personas que tienen una afición, atracción u obsesión hacia las mascotas, la cual llega a niveles desmedidos.
Humanizar, controladamente y capaz, a nuestras mascotas, tiene beneficios. Pero, y siempre hay un, pero, hacerlo en exceso (permitir o incentivar ciertas conductas nuestras hacia ellos o viceversa) puede ser perjudicial para el animal, pues puede provocarles problemas de salud física y mental, duraderas. Es lógico buscar una fórmula de intentar relacionarnos con ellos viendo un destello de nosotros mismos (compartimos cualidades con ellos).
Los perros y los gatos, comúnmente, según varios estudios, son capaces de interpretar nuestras emociones básicas, como la alegría, tristeza o enojo y reaccionan en consecuencia. En particular los perros, perciben y responden a nuestro estado emocional, lo que fortalece aún más el vínculo, entre ellos y nosotros.
Hay acciones humanas, como la caza, el turismo de masas en la naturaleza, la contaminación lumínica, el tráfico o el ruido, que perturban y generan estrés en los animales e incluso puede afectar a su muerte.
Las personas que actúan como animales, se les denomina “Terianos” que sienten algo innato, que se creen que son algo distinto a un ser humano. Esto puede ser algo espiritual o psicológico, y a menudo, adoptan la forma de comportarse de esos, sus animales.
Los perros y gatos son animales increíbles con un alto nivel de función mental. No sienten culpa, orgullo o vergüenza. Pero sí, emoción, ira, angustia, alegría, y lo más importante, AMOR.
Cada día más los propietarios de perros gustan de vestir a sus mascotas, ya sea por frío, por moda o por la lluvia. Y hay auténticos modelos perrunos y gatunos, envidiables a la moda humana.
¿Eso significa que vestir a los perros es malo?
"Noooooo. Pero TODO EN SU JUSTA MEDIDA y CON MODERACIÓN, es lo mejor".
Vestirlo para exponerlo, no significa que le estés dando el mejor cuidado para su salud. Por vestirlo así no estará sintiendo culpa, orgullo o vergüenza. Ni estará más emocionado o alegre. Pero la excesiva atención del público que le rodeará con sus risas y gritos, sí le podrá provocar estrés.
Tu mascota, con naturalidad, SIEMPRE TE SEGUIRÁ DANDO SU AMOR.
¿Lo haces por ÉL o por TI.? ¿Llenas un vacío de él o uno tuyo?