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sábado, 02 de noviembre de 2024 00:00h.

La receta Sin Fundamento de Juan Santana, Tagliatelle

La comida es el foco de la vida, todo lo demás es imaginación y confieso ser un adicto a la preparación de platos con diferentes gustos y sabores porque comer es un placer total. Últimamente, está de moda la violencia verbal y desgraciadamente aparecen de vez en cuando sucesos físicos imposibles de masticar, porque por más que busques explicaciones jamás lograrás comprender que está pasando en esta sociedad tan compleja, pero no vamos a desviar el tema del Tagliatelle que preparé con todo el amor del mundo.

Fui a comprar un paquete de espagueti, pero la dependienta me convence para llevarme un paquete de Tagliatelle y viene a ser igual que cualquier tipo de pastas diferentes, ya sean macarrones o fideos.

Comparto mi forma personal de preparación por si te animas y preparas este manjar, aunque algunos dicen que engorda y tal y tal, pero cuando nos vayamos al otro barrio adelgazamos hasta quedarnos en los huesos.

¿Cómo preparamos los Tagliatelle?

Si compras un paquete, comprobarás que vienen como en rollos separados y para dos personas con cinco rollos tendrás suficiente, aunque yo valgo por tres. Preparas una fritura con un poco de aceite en el fondo del caldero, tres o cuatro dientes de ajos picados, un poquito de sal, media cebolla roja, un calabacín picado, algún condimento si quieres de sabores herbaticos y en este caso puse también una pechuga de pollo bien picadita y finalmente un paquetito de tomate triturado. Una vez esté bien frito todo esto, añades el agua hasta que hierva, para a continuación añadir las cinco bolas de Tagliatelle. Vas revolviendo de vez en cuando con una cuchara de madera si la tienes y puse dos huevos de gallina.

 

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Dejas hervir durante nueve minutos y una vez hayan pasado los nueve minutos, quitas el caldero de la cocina si es vitrocerámica. Si ves que tiene mucha agua todavía la quitas con cuidado y añades si quieres, una lata de aceitunas al gusto (puse aceitunas rellenas) y además piqué piña en lata. Puse el caldero encima de una bandeja de madera y tapé el caldero con un paño de cocina como hacía mi abuela. A los veinte minutos te pones un plato bien cargado, para que mientras te duches se vaya enfriando un poco, porque quemará como el diablo.

Una vez te hayas duchado, pones encima queso picado y al centro un decorado de ketchup, aunque también puedes poner encima un huevo frito. Mientras ves la tele, comes este manjar con agua fresca porque hace mucho calor y te llevas dos plátanos para echarte el postre sin tener que levantarte. ¿Qué pasó en mi caso con los dos plátanos?. Que debido al fuerte calor, los plátanos estaban más que maduros y no pude comerlos, pero como siempre comeré algún postre, si tengo la suerte de poder hacerlo y tomé un vaso con cola cao fresquito y colorín colorado, esta receta se ha acabado.

Aquí lo dejo para seguir reflexionando sobre las romerías de los pueblos y estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.

Juan Santana, cocina Sin Fundamento.