¡La Educación Afectivo Sexual en la nueva Ley de Educación, más de lo mismo!
Muchas somos las personas que nos preguntamos si la nueva ley educativa (LOMLOE) nos traerá, por fin, la Educación Sexual Integral a todos los centros educativos de Canarias. Muchas las que, hablando con sinceridad, tenemos serias dudas sobre ello, pues si bien es verdad que desde el Ministerio de Igualdad se insiste en que se blindará la educación sexual en las escuelas, no se detecta que desde el Ministerio y las Consejerías de Educación se estén dando pasos para ello, en la ordenación y elaboración de los currículos.
1. La integración de la Educación Afectivo Sexual en la LOMLOE, en Canarias.
El pasado 5 de abril la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias presentó el borrador de la ordenación de las enseñanzas LOMLOE, en el que se ha optado por la integración de forma transversal de la Educación Afectivo Sexual en todas las etapas y los niveles educativos, como lo hizo la LOGSE en los años 90. La transversalidad constituyó una propuesta audaz en esos momentos, pero presentó diversos problemas a la hora de concretarla en la práctica. El planteamiento intraáreas, el no contar con un espacio y un tiempo escolar definido con nitidez, ni con docentes responsables de la misma en los centros, ni con formación y acompañamiento al profesorado, ni con libros de texto, ni ser objeto de evaluación, etc., hizo de esta fórmula de integración algo casi etéreo. En consecuencia, los ejes transversales -y especialmente la Educación Afectivo sexual-, en la práctica, se concretaron en actuaciones puntuales tipo charlas, talleres y conmemoraciones, no asegurándose su abordaje en todos los centros educativos.
2. La LOMLOE, quinta ley educativa en tres décadas.
La LOMLOE es la quinta ley educativa que se aprueba tras la derogación, en 1990, de la LGE de 1970. No nos debe sorprender, por tanto, que las comunidades educativas -y especialmente el profesorado- ya asistamos indiferentes a estos procesos, viendo cómo cambian las leyes educativas desde los despachos, sin mejorar las condiciones reales de la actividad docente. Más allá de las direcciones de los centros, pocas y pocos docentes las leen y raramente su aplicación cambia la dinámica cotidiana en las aulas. Es más, muchos y muchas docentes hemos dedicado horas a ver cómo nuestra labor innovadora encajaba en la ley vigente en ese momento, para que se nos permitiera seguir realizándola, y a qué hacer para que la burocracia inútil no nos restara el tiempo necesario para desarrollar nuestra tarea educativa. El profesorado está harto de que se considere a la escuela como el lugar donde se debe abordar todo lo importante, mientras que nadie parece escuchar las necesidades que, reiteradamente, se plantean para que la educación pública pueda cumplir su función, con calidad, en todos los centros educativos.
La LOMLOE se ha generado con poco debate y muchas prisas, no se entra en los cambios que la educación pública necesita, quedándose en una insuficiente reforma continuista. Tampoco parece que, en esta ocasión, se haya entendido que no se trata de incorporar cada vez más contenidos en el currículum (saberes que la sociedad entiende que hay que transmitir), sino de desmontar el actual sistema disciplinar, rígido y sobrecargado. Desgraciadamente se mantiene una estructura desfasada, donde las asignaturas, que llegan a ser hasta 12 en la Educación Secundaria Obligatoria -y sus correspondientes libros de texto-, continúan siendo los organizadores del currículum.
3. El currículum que necesitamos.
Un verdadero cambio educativo en nuestras aulas requiere un currículum integrado y globalizado, que supere esta fragmentación y apueste por la integración de saberes, que delimite lo que es esencial en el proceso educativo para lograr un pleno desarrollo humano del alumnado, de forma global e integral, no en cada asignatura. ¿No sería mucho más motivador para nuestra infancia y adolescencia organizar el currículum en torno a los cuidados personales, relacionales y del medio, como elementos fundamentales para el sostenimiento de la vida? ¿No procedería tomar como ejes organizadores del proceso educativo a la Educación Afectiva y Sexual, la Educación Ambiental, la Educación para la Salud, la Educación Intercultural, etc., y en torno a estos contenidos desarrollar los aprendizajes instrumentales de la Lengua, las Matemáticas, la Historia, la Música, etc.? ¿No cobrarían estos aprendizajes mucha mayor significatividad, serían más funcionales y servirían no para estudiarlos para el examen, sino para aprender a pensar, a vivir y a convivir, en una sociedad que respete los derechos humanos, la equidad, la diversidad, la justicia y el bien común?
Necesitamos un currículum que promueva una educación que acompañe al alumnado para que sea capaz de definir su biografía, analizar y afrontar la realidad que vivimos, disponer de habilidades para la escucha, el diálogo, la resolución de conflictos y el consenso, así como adquirir una ética fundamentada en la solidaridad, la responsabilidad socio‐ambiental, el respeto y el amor; una educación acompasada, serena y reflexiva, que permita respetar la singularidad y el ritmo de cada persona, y asimilar los conocimientos adquiridos. Pero ese planteamiento no lo ha plasmado ni el Ministerio español de Educación, ni la Consejería canaria de Educación.
4. Todavía se está a tiempo de asegurar la Educación Afectivo Sexual Integral en Canarias.
Ante un currículum organizado en torno a las disciplinas, la LOMLOE no ha resuelto que la integración transversal de la Educación Afectivo Sexual (EAS) asegure su tratamiento. Nos tememos que tendremos más de lo mismo. Se permite que se incorpore la Educación Sexual, pero no se garantiza, desoyendo así las recomendaciones de múltiples estudios, investigaciones y organizaciones canarias, estatales e internacionales, y el mandato de la UNESCO de incorporar la Educación Sexual Integral de calidad en el sistema educativo como un proceso educativo continuo y obligatorio.
Para asegurarlo, se hace ineludible que la EAS quede recogida, de forma explícita, como contenido obligatorio en los currículos de todas las áreas/asignaturas de los diferentes niveles educativos, transmitiendo así el valor que le damos a estos contenidos y comprometiendo a administraciones, comunidades educativas y, especialmente al profesorado, con la necesidad de trabajarla de forma sistemática e integral, en todas las etapas educativas. Lo que no se nombra no existe.
Pero, además, es imprescindible una reflexión que enriquezca la fórmula de integración en la organización de las enseñanzas LOMLOE en Canarias. Partiendo de la actual estructura, habría que valorar la introducción de una materia/área obligatoria en las diferentes etapas educativas, que dé paso a la inclusión de la calidad de vida, de la coeducación afectiva, sexual y emocional, enmarcada en el ámbito del autocuidado y de los cuidados personales, relacionales y del medio. Un área que se responsabilice de que sus contenidos impregnen las diferentes materias y los diversos espacios de la educación formal, pues la complejidad de los aspectos que se afrontan comporta abordarlos de una forma integral.
Hemos de avanzar en la transformación sociocultural que promueve la educación integral, terreno en el que los cambios se producen más lentamente, pero de forma más sólida. Pero, para ello, es imprescindible que esta área/asignatura cuente con horas suficientes, con ratios adecuadas, con una organización escolar flexible, con profesorado formado y con tiempos para la coordinación, la reflexión y el trabajo colaborativo con el resto de docentes y familias, con recursos de asesoramiento y acompañamiento, con materiales adecuados, con apoyo al desarrollo de experiencias integrales y comunitarias… Desarrollar un currículo no es solo definirlo o redactarlo. Las leyes son importantes, pero como ya ha ocurrido en otras ocasiones, la LOMLOE no cambiará el modelo educativo si no se ponen los medios para que sea una realidad.
Se precisa el aprendizaje en BUENOS TRATOS, en RESPETO, en CUIDADOS, en HUMANIDAD. Y en este aprendizaje, la Educación Afectiva y Sexual se convierte en una herramienta esencial de la educación integral de las personas y de la transformación social. Urge asumirla como un DERECHO, una NECESIDAD ¡Confiamos en que no se pierda una nueva oportunidad!