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jueves, 25 de abril de 2024 01:16h.

Berlusconi

Como se dice vulgarmente, el patio está alborotado, vienen elecciones y todo cambia. La mayoría de los políticos de repente salen a la calle, en muchos casos, algo novedoso para ellos, incluso se sorprenden porque empiezan a conocer la vida normal de los ciudadanos y no aquella utópica e idílica, que tienen asumida como verdadera desde sus cómodos despachos y que no tiene nada que ver con la realidad.

Además, se ponen la sonrisa artificial, al más puro estilo del político italiano Berlusconi, con el fin de aparentar cercanía. Si sumamos promesas, propuestas, ofertas, ofrecimientos y compromisos, podríamos escribir hasta una nueva Enciclopedia Espasa-Calpe.

Todo artificial, puro atrezo, que no sirve para nada, salvo para engordar vanaglorias o soberbias personales. Lo primero y básico que hay que hacer es conseguir, sería un milagro, que la Administración Pública funcione eficientemente, ahí está la solución de todos los problemas de este país, que tenga más eficiencia, menos teletrabajo y más productividad.

Si hay valentía en los políticos para hacerlo, el crecimiento y desarrollo sostenible estará garantizado