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jueves, 25 de abril de 2024 07:55h.

Reluciente

Es necesario concienciación y contundencia, para acabar con el incivismo reinante en la retirada de basura, residuos o escombros, que están convirtiendo a Tenerife, en un vertedero sucio, feo, pestilente. En la mayoría de los casos, es consecuencia de la economía sumergida, disparada y sin freno, que se visualiza en nuestras calles y que tanto daño hace al empleo legal, al sector de la construcción profesionalizado, a la seguridad y salud en el trabajo, a la garantía de las obras de reforma o rehabilitación, así como a la aportación solidaria de todos, para mantener los servicios públicos esenciales. 

 

La defensa del medio ambiente, salud pública y lucha contra la economía sumergida, exige que el Cabildo, en colaboración con todos los Ayuntamientos pongan en marcha una eficaz campaña insular de concienciación ciudadana, para valorizar la Red de Puntos Limpios, que se definen oficialmente como instalaciones donde se reciben determinados residuos urbanos, previamente seleccionados por los ciudadanos, que constituye un sistema de recogida selectiva y que funcionan muy bien.

Hay que terminar con el continuo incivismo que observamos diariamente, de forma cada vez más alarmante, con el abandono, junto a los contenedores, de enseres, basuras, restos de construcción surgidos de la economía sumergida, escombros, electrodomésticos, colchones, muebles, sillas, aceites, loza sanitaria, bidones de amianto, ropa y toda clase de desperdicios, principalmente, provenientes de desechos de los hogares y del cada vez más abundante trabajo ilegal de los que se dedican a ejecutar lo que todos llaman cáncamos. Allí donde se encuentran estos escombros, se está desarrollando alguna actividad prohibida, cerca o lejana, porque los listillos de siempre o por lo menos así se lo creen, los llevan y depositan anómalamente, en lugares distantes de donde ejercen su labor escondida, prohibida y vergonzosa. 

Es una evidente falta de cultura medioambiental, desinterés social y egoísmo con nuestro entorno, vecinos o residentes, que muestran algunos, perjudicando a los demás. También está normalizado encontrarse bolsas de basura tiradas fuera de los contenedores, lo que provoca muchas veces la rotura de estas y que los desperdicios queden esparcidos por las calles. Sería conveniente aumentar de forma significativa, disuasoria y ejemplarizante, la imposición de sanciones en las respectivas Ordenanzas Municipales, contra estos actos vandálicos y gamberros, que ponen en peligro, en muchos casos, la propia salud pública de la ciudadanía. 

Los Ayuntamientos están desbordados en este asunto. Muchos, incomprensiblemente resignados y la mayoría, sin los medios para atajar el problema. Contenedores con falta de limpieza continuada, olores insoportables e higiénicamente recomendables no tocar, en mal estado de conservación, rotos, sin tapas o ruedas desconchadas, insuficientes, es decir, una calamidad. Los servicios de limpieza fracasan diariamente en sus funciones, unas veces por carencia de personal humano y medios materiales, otras, por falta de gestión y planificación eficiente, también, por las continuas discrepancias entre la empresa adjudicataria y la entidad municipal.  Otra cosa, es la labor del personal de las empresas de limpieza pública, que desde madrugada ya están ejerciendo su oficio con diligencia, buen hacer y profesionalidad, llegando hasta donde pueden, con su único esfuerzo personal y más de lo reglamentario, por responsabilidad.

Lo que si extraña, sobre manera, es el silencio, de los llamados ecologistas de salón, de cuello blanco con colonia, los noistas, que, sobre este problema actual, peligroso y perecedero en el tiempo, no dicen nada. Será porque hacer una acampada al lado de los contenedores es insoportable, incluso ante el activista más aguerrido o porque no pueden atacar a su objetivo preferido, el “malvado empresario de la construcción”. Nosotros si lo denunciamos y luchamos para que Tenerife reluzca, como una isla limpia y bonita.

Oscar Izquierdo

Presidente de FEPECO