Demasiada presión
Les recomiendo “Papota”, el nuevo corto de Catriel y Paco Amoroso, un dúo argentino inclasificable que fusiona los ritmos del Funky con un lenguaje muy actual. Esta pieza dura 16 minutos y es toda una denuncia del “culturismo” del éxito imperante en los artistas que quieren ser alguien en la industria musical. Tras el impacto que tuvieron con la grabación de un “tiny desk” que se hizo viral, Catriel y Paco se cuestionan a sí mismos sumidos en una nube de popularidad para lo que no están preparados.
Sufren el síndrome del impostor que se ahoga en la inseguridad que provoca el sentirse sobrevalorado por una legión de fans que están pendientes de todo lo que hacen y dicen, de la marca de ropa que los viste, y que siguen en directo una vida que ya no es la suya. Es el precio que pagan por esa fama que se infla como los músculos alimentados con “papota”, un término de la jerga argentina para definir los complementos que usan los adictos al gimnasio cuya imagen de fortaleza física indica la fragilidad de su autoestima.
El personaje del productor, símbolo bizarro del renacer, señala el proceso destructivo que supone alejarse de su yo original, ese yo virginal y lleno de creatividad, para lograr el sueño/pesadilla de ser el ganador del mayor premio de la música latina. Tras vender su alma, la ruptura recreada entre Paco y Catriel se torna inevitable, amigos desde la infancia cuyo conflicto personal es pasto de las redes sociales, mientras ven como sus caminos se separan, presos del monstruoso ego que cada uno ha construido en un mundo generado por el “Chad gpt”, la inteligencia artificial que produce los contenidos con más audiencia.
Al final, llega la reconciliación de dos transgresores que reflexionan sobre la presión que soportan, la que soportamos. Demasiada.