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jueves, 07 de diciembre de 2023 21:45h.

Un cambio de actitud política hacia la monarquía

Es evidente observar cómo en el ámbito político se produce un volteo de opiniones en función de las circunstancias y los personajes en el poder. En el tema que nos atañe, la política, se cambian opiniones, sentimientos e incluso ideologías dependiendo de quién ostente el cargo. Adular al gobernante de turno se vuelve imprescindible, ya que no hacerlo puede significar perder el puesto, el sueldo y la abultada nómina.

Sin embargo, nos resulta vergonzoso y repugnante (por qué no decirlo) presenciar cómo los políticos de primera línea en la gobernabilidad de nuestro país, quienes en el pasado han alardeado de ser antimonárquicos y repúblicanos de salón, ahora se deshacen en pleitesía y adoración ante la Institución Monárquica. Durante años han estado en contra de esta institución, pero en la reciente jura de la heredera al trono, hemos visto cómo sonríen ampliamente, honrando al Rey y a su sucesora, aunque a muchos les causara una fuerte irritación tener que "tragarse" esos cuatro minutos de aplausos dedicados a Leonor de Borbón (y, en realidad, a toda la Corona).

Pero más allá de la hipocresía generalizada en el acto de jura a la Constitución por parte de la futura heredera, también se aprovechó la ocasión para pulir con esmero a otras lenguas como el gallego, el vasco y el valenciano. Curiosamente, no se hizo mención alguna a los escritores catalanes, debido a su negativa a asistir a este acto constitucional. La Sra. Armengol, tercera en el poder del Gobierno, aprovechó su discurso para nombrar exclusivamente a escritores gallegos, vascos y valencianos, obviando la grandeza y omitiendo a escritores españoles de relevancia mundial como Cervantes o Lorca. Esta omisión, sin mencionar los Nobel de Literatura entregados también a autores españoles, deja entrever las verdaderas intenciones de la Presidenta del Congreso y revela la parcialidad con la que actúa.

Resulta alarmante presenciar cómo los políticos, movidos por sus propios intereses y conveniencias, pueden cambiar de opinión y comportamiento en un abrir y cerrar de ojos. Este cínico espectáculo demuestra que, en la política actual, los principios y la coherencia se diluyen en aras del beneficio personal y el mantenimiento del poder.

Como sociedad, debemos exigir una actitud ética y coherente por parte de nuestros representantes políticos, quienes deben actuar en beneficio del bien común y no dejar a un lado la transparencia y la responsabilidad que sus cargos demandan. Solo así lograremos una auténtica democracia donde la sinceridad y la integridad primen sobre las conveniencias y los intereses personales.

Debería de saber que el 75% de los españoles  aprueba la gestión del Rey Felipe VI. Ha logrado mejorar la valorización de la Corona, sorteando un montón de circunstancias políticas. Que la ciudadanía se aleja de la clase política es un hecho y  una verdad a todas luces, aunque muchos trabajan para tirar la Constitución  y a la Corona, intentaron también boicotear el Juramento de Leonor de Borbón.​