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viernes, 29 de marzo de 2024 11:58h.

EL RACISMO NO CESA

Siempre que se ha querido tocar este tema o desarrollarlo en foros educativos o simplemente en algún debate que se haya tenido, o bien en medios o en reuniones sociales en donde se hablara del "racismo", siempre hemos salido como de puntillas, nadie nunca ha querido entrar al "trapo", incluso hemos oído que para el conocimiento popular de andar por casa los países donde en verdad son y practican el racismo son los Estados Unidos, Alemania (con sus guerras) y Rhodesia o Sudáfrica con su apartheid. Pero si solo nos paramos un momento podemos afirmar, tanto por nuestra historia y por nuestro presente que España es en donde se han hecho más leyes para suprimir y extinguir el nombre de una raza y quererla borrar hasta de su forma de vivir como a la raza Gitana.

Todo esto es más que penoso, nos causa vergüenza histórica, porque actualmente se sigue esa caza de brujas con el gitano, y luego vemos la hipocresía que se practica cuando se opina de esa aberrante situación que ha tenido lugar en los Estados Unidos, que a todas luces es una potencia en riquezas, es un país fundamentado en los principios de libertad y en los Derechos Humanos y en la democracia en su mejor escaparate. Pues ya ven, actúan con una gran torpeza y "matonismo", que en este caso le costo la vida a un ciudadano negro a manos de un policía blanco que le mato asfixiándolo, abusando de su autoridad y con una gran dosis de racismo.

Esto ha desatado una explosión social en la política racista mal diseñada y que han contagiado en sus máximas protestas a todo el mundo, haciendo ver a los Gobiernos respectivos de todos esos países que esta situación racista pasara en una rapidez inusitada la factura a todas aquellas sociedades que son incapaces de elaborar leyes generalizadas de convivencia raciales y que se cumplan.

Si nos gustaría pensar que las nuevas generaciones serán más cívicas y educadas en estos temples de la tolerancia sobre el racismo que las nuestras, porque el ejemplo que tenemos en España no es muy halagüeño que digamos por desgracia. Ante la "galería de la vergüenza", tenemos 4000 agresiones al año por racismo, por odio ideológico, por homofobia, por transfobia, por aporofobia, y bastantes lindezas más como estas.

En España (y son datos que se han conseguido en encuestas), somos en un 48% racistas convencidos. Hemos sido el último país occidental que abolió la esclavitud, en la cual persistía el racismo, al negro. No solo fueron los nazis quienes marcaban a los judíos con una estrella amarilla en la ropa que vestían. Las católicas majestades de los Reyes Católicos se adelantaron hace 5 siglos antes en colocarles a los judíos españoles la estrella amarilla en sus ropas como diferenciación de los cristianos.

Todo un revoltillo de actos que no llegaron a nada, mejor dicho a que hoy España es un país dentro de la Unión Europea con el sello de poco dado a la convivencia racial, expulsamos a los judíos y moriscos de España a perpetuidad, tenemos dentro del catálogo al racismo a los gitanos, sudamericanos, musulmanes y negros, toda una población que desde siempre se ha mirado hacia otro lado cuando se ha hablado de los derechos y obligaciones que tienen que tener estos ciudadanos que también pagan sus impuestos y más si tienen sus residencias y trabajan en España.

Una cosa es la tolerancia y el entendimiento sobre aquellos que han decidido vivir en España, sean del color y de la raza que sean, y deben de estar en la misma línea social que los demás, y otra es sencillamente mirar para otro lado, aceptando la revuelta callejeras como un mal menor a todas aquellas personas indocumentadas que tienen que mal vivir en este país.

En eso radica las sublevaciones racistas, por una parte y por otra, solo nos falta esta "perla" en este país después de la pandemia que padecemos y del futuro incierto que se asoma para que tengamos que emular conflictos de otros países, y que si ponemos algo más que empeño y tesón, no nos tiene que salpicar este problema.

"Las nuevas generaciones crecerán con el veneno que los adultos no tienen el valor de eliminar"

Salvador Barnés