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viernes, 19 de abril de 2024 02:05h.

Lealtad Inquebrantable

Fiesta de alto calibre la que se dio en el Teatro Real de Madrid que dio Aznar en su 70 aniversario, invitó a toda la "crem" del Partido, expresidentes del Gobierno del PP, incluso a Feijóo, Ayuso, Almeida, Cayetana, Galardón, Trillo, Mato, y un buen surtido de políticos y personalidades del Partido, y, sin embargo, a Casado del que fue su mentor, que tanto le apreciaba y le consideraba siendo su alumno aventajado en la política, y su apuesta para que fuera el futuro Presidente de España, a este no le invitó a su cumpleaños.

La verdad es que bien dice el dicho que "amor de político, agua cesta". Con Casado ha vuelto a aparecer muy lejanamente (pero no se olvida) el espectro de Hernández Mancha, querido, apreciado por el fundador Fraga.

También alguien presumía que sería el nuevo Presidente de la derecha en España, fue un rotundo fracaso y un fiasco el personaje. Pues con Casado se ha tenido bastante similitud en el dato, fueron los mismos militantes quien lo pusieron y los mismos que lo defenestraron, eso sí, con alabanzas, loas, todo con olor a incienso que parecía que iba a subir a los altares, de esa forma cuando vimos cómo Maroto, Gamarra, horas antes del derrumbe político que le hicieron, se atrevieron a decirle (publicado) "Gran entrevista la que has hecho, siempre nos tendrás".

Fue como César que cayó abatido a los pies de la estatua de Pompeyo, Casado cayó de rodillas a los pies de su escaño de la bancada de la oposición en el Congreso de los Diputados, después de ver esos aplausos obscenos que sin pudor ni vergüenza el personal de su Partido le ofrecían puestos en pie, y ahora el mismo que le puso le niega la sal, y ni le invita como hombre que él puso en el Partido. Una más del superpolitico Aznar.

De esta forma es normal que nos entre la risa floja cuando oímos a algunos de estos cerebros políticos llamados ahora "Centro Derecha", decir la palabra lealtad que la airean en sus mítines y discurso vacíos y falsos en contenido e impregnado de mentiras y promesas que nunca las cumplirán.

A estas representaciones torpes, pero de gran envergadura para la política española y el bienestar de este País que sigue apostando por una democracia plena, asiste el ciudadano perplejo de lo que ve, y que sin sonrojo por parte de quien hace estos ripios pretenden encumbrarse subiéndose a los hombros de los demás, Ayuso enterró a Casado, porque este se fue de la "húmeda" y también por lo que demostró ser un "débil", pronto entró otro gallego Feijóo, que el electorado espera que tenga mejor visión de cómo llevará a España si gana las Elecciones y que observe con lupa a quienes van a ser sus asesores políticos, no queremos más epopeyas a lo César.