');
Buscar
jueves, 28 de marzo de 2024 13:07h.

¡Mi gozo en un pozo!

Sin ser el lunes de Pasión, si fue el lunes de la esperanza para muchos españoles que creían que al haber un nuevo responsable del PP, Sánchez tendría mejor talante con la oposición que lidera ahora Feijóo, y conseguiría este que Sánchez bajara los impuestos. Núñez Feijóo ha pasado por la Moncloa de puntillas ante el "mago" Sánchez, que de entrada le ha negado que bajará los impuestos que Feijóo pedía, y como todos hemos sabido se ha cerrado en banda a hacerlo. Han sido palabras amables, conversación distendida, buenas caras en donde la hipocresía peina sus derechos, pero Sánchez no justifica nada de esta gigantesca información que nos ocupa sin dar más luz ni solución a la paupérrima economía que tenemos.

Feijóo presumimos que entró ya dudando que consiguiera que Sánchez bajara impuestos, ya los analistas políticos opinan que es algo necesario y palpable que se le exija al Presidente Sánchez si o si a la absoluta unidad de criterios en el conjunto del Gobierno. Vemos que la postura que se ha tenido y se tiene frente a Rusia en la guerra contra Ucrania, este Gobierno, es bastante deleznable por algunos elementos que tiene Sánchez.

Esta postura sin dudarlo, es denunciable ante la Unión Europea por lo miserable que es. Hay demasiada harina para tamizar y el tiempo se va apilando de cosas que urgen solucionarlas. Tenemos a dos meses vista la Cumbre de Madrid de la OTAN y tendrán que atar, de corto, a los rastreros, pelotas y lamebotas admiradores de Putin en esas fechas que estará la Cumbre, antes de que las cosas se tuerzan, son demasiadas cosas para resolver en una dejadez e inoperancia más que extrema que se tiene. Estamos a la espera de ver esa escabrosa solución que tiene que tener el Sahara, después de la estela que está dejando la mamarrachada de Sánchez I, " El apaciguador".

Hasta ahora y desde esta legislatura, La Moncloa ha sido la caseta del "pim, pam, pum", para los líderes de la oposición y los alfombras de palmeros de este Gobierno Frankenstein, porque como siempre han ido a ver las dependencias (antes era ver a los bonsáis), no conocemos a ningún líder de la oposición o responsables políticos de diferentes Partidos, que hayan hecho nada después de haber salido de la Moncloa y de haber tenido una conversación con Sánchez.