Así que para repartir de lo mucho que dicen que nos queda, podemos enumerar pegotes, chapuzas, despropósitos y despilfarros a "go-go" que hacen de esta piel de toro, cosas que sean entendidas, sabidas y aceptadas por muchos "rifarrengues" que tiene este País, que en su momento proyectaron y construyeron Aeropuertos sin operatividad (vacíos sin gente), complejos multimillonarios como la Marina D, Or. Autopistas, (por llamarle de alguna forma), ya que más de la mitad de las que así se consideran no pasan de ser Autovías, estaciones para el tren de Alta Velocidad que pasa por Capitales de importancia (y no para el AVE), ciudades deportivas que se han quedado construidas casi ya hace una década, hoy criaderos de palomas.

Ahora tenemos el chiste del tren Cántabro que no puede pasar por el túnel porque este es pequeño para la máquina. Han arrancado hasta los raíles porque los "Bogies" del tren son más anchos que las vías estrechas que están colocadas. Si esto le pasa gobernando el PP, sería impensable la publicidad que se hubiera hecho. Pero por lo que vemos cada uno tiene su parcela "chistosa", ni Chaplin, ni Keaton, ni Gila y menos Cantinflas hubieran hecho más graciosas estas situaciones que se han dado y se dan en España.

Hay diferentes libros en el mercado denunciando todas estas arbitrariedades, que por supuesto para alguien serán un gran beneficio, de momento ha sido el contribuyente el que ha cargado con todo este caudal de despropósitos, eso sí, hemos ayudado a que el "andoba" de turno se le pongan las medallas de rigor.

El que no se tengan agallas para acabar y pedir responsabilidades de los proyectos ya realizados, es un hecho comprobado. Hay que revisar de punta a punta por técnicos que nos sean de la misma "nómina" de la empresa que realizó el trabajo para que den la plena conformidad de lo construido, de esta forma no entramos en esa chanza que se sigue teniendo con el Auditorio de Santa Cruz de Tenerife, obra de Calatrava, en la cual se le han detectado fallos en los revestimientos de su infraestructura, olvidándose los promotores de la lluvia de millones que costó esta colosal obra.

Si a Ibáñez le coge toda esta avalancha de chapuzas cobradas, de ñapas desbocadas, de espías sordos que conlleva este tiempo actual en el que estamos, hubiera habido guiones a porrillo para su Mortadelo y Pepe Gotera y toda la familia cómica de chapuzas de este soberbio dibujante. Jocosos que somos, cuando no es por política, es por actuaciones de puro esperpento Nacional, la cuestión es partirse de risa (que bien cara nos cuesta).