Empezar un nuevo año trae consigo ilusión, por lo menos en un principio. Después, ya con el devenir del tiempo, se verá si se mantiene o cambia a pura desconfianza. Los problemas que dejamos el año pasado, por cierto, bastantes y en casi toda la geografía planetaria, han sido graves, en muchos casos cruentos e inhumanos y aunque inauguramos un nuevo periodo civil, siempre artificial en sí mismo, seguimos teniéndolos igual o peor hoy en día. La tarea es cambiar la tendencia, acabar con los conflictos, recuperar la economía, mejorar el bienestar social, aumentar la calidad de vida ciudadana, cuidando nuestro entorno, para en conjunto, vivir mejor, todos, a nivel global, no sólo unos cuantos, que siempre son los mismos o sus herederos.