Al vicio de pedir, la virtud de no dar
Nos quedamos abrumados, absortos, confundidos, hasta diría yo con un mareo a lo "tiovivo". Cómo es posible llegar a pedir tanto en tan poco tiempo, y resumir los resultados de lo que dan a lo que pides sean tan escasos. De verdad es para hacer un curso de "trilero", más que todo porque hasta ahora ha sido todo un esconder la bola, y nunca saber en qué vaso está escondida. Esta sociedad sureña en verdad ha padecido y sigue padeciendo más que "un perro ciego". Seguimos con la consigna de ¿a ver quién gana? con las Administraciones de la Isla desde la Transición, y seguimos con la bolita oculta del "trile",a sabiendas de que el ciudadano solo contamos para ellos en las Elecciones.