Nuevo año, aunque es una figura retórica, porque no cambia nada, en comparación al último día del año pasado, significando, quizás ingenuamente, en la conciencia popular, comenzar y afrontar nuevos retos, por cierto, que todavía no sabemos cuáles van a ser. Los entendidos en las distintas ramas de las ciencias, principalmente sociales, se han dedicado durante los últimos meses a presentar pronósticos de todos los colores, negros, blancos o grises. Nunca coinciden en un argumentario común, que sería lo lógico y creíble, porque cada cual, son humanos, impregnan sus predicciones, aderezándolas con los ingredientes ideológicos, partidistas o interés particulares, que los mueven como hilos de una marioneta.