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jueves, 18 de abril de 2024 02:51h.
Arriagas
Opinión

Armeñime y los últimos guanches

Asisto emocionado a la última batalla de resistencia a la barbarie a este lado del mundo, donde una joven, Guacimara, se encarama a una grúa y se encadena a ella, mientras otro joven pretende frenar a la excavadora con sus pies y su coraje. Ambos se juegan la vida en el intento, porque la barbarie no entiende de humanidad, ni sabe de historia, de biología o de daños irreparables, solo cuenta cantidades y proyecta beneficios. De niño me contaron la historia de David y Goliat, luego aprendí que a veces los más débiles también pueden ganar, algunas, aunque muy pocas, y pasados los 20 me vine a Canarias y al poco me hablaron de unos antiguos pobladores, débiles en armamento pero fuertes de corazón, que lucharon y murieron por una tierra a la que amaban.