Por una gestión de los bosques canarios que cuide la recuperación de su biodiversidad
Originalmente, los bosques canarios se localizaban en las áreas que recibían suficiente precipitación como para sustentar árboles, generalmente a partir de 250 mm al año. A grandes rasgos, estaban conformados por diferentes formaciones dispuestas en bandas altitudinales. En el primer escalón, situado por encima de los matorrales de tabaibas y cardones, se instalaban formaciones abiertas y de escasa estatura de sabinas, acebuches, almácigos a las que en las islas orientales se añadía el lentisco. También los palmares, preferentemente situados en las partes bajas de los barrancos, formaban parte de este tipo de bosque.