China construirá un hospital en diez días para contener el coronavirus. La noticia no ha pasado desapercibida en todo el mundo, pero especialmente en Tenerife ha ocasionado múltiples comentarios y chascarrillos, porque llevamos 30 años esperando la construcción de los hospitales del sur y del norte. Eternos, con dificultades inventadas, fracasos de gestión, incapacidad manifiesta, influencias varias y lo que es peor, con pocas ganas de concluirlos. Son dos maneras diferentes de gestionar la cosa pública, con rapidez para solucionar el problema o con lentitud para agrandarlo, dejando patente la medida del fracaso de la gestión política, durante las últimas tres décadas en la isla. Torpeza inducida, querida o provocada, pero, a fin de cuentas, inutilidad manifiesta, que la está pagando la ciudadanía, por carecer de los dos centros de referencia, que posibilitaría una atención sanitaria, cercana, moderna, eficiente y recuperadora.