Ayer el concejal de Urbanismo del Partido Popular en el Ayuntamiento de Santa Cruz se despachaba a gusto con un tweet en el que llamaba esperpento (alguien o algo feo, grotesco, ridículo) a las familias afectadas y a los activistas que luchamos por el derecho a una vivienda digna y que llevamos 92 días de acampada reivindicativa, y de paso presionaba a la Subdelegación del Gobierno para que nos eche de allí cuanto antes. La pregunta es obligada: ¿por qué este arrebato de aporofobia o desprecio al pobre?, ¿acaso no sabe el señor concejal que en su municipio se vienen dando 5 desahucios a la semana y en Canarias andamos por 7 desahucios al día en los últimos 2 años? Claro que lo sabe, porque no es un arrebato, todo está pensado y muy bien pensado. Es sencillo: nuestra reivindicación continuada por el derecho a la vivienda le rompe al señor concejal, a su partido, a su alcalde Bermúdez (CC) y a todos los que le siguen en la gobernanza canaria el cuento chachi de que todos somos felices. Porque no es solo un cuento chachi, es la piedra angular sobre la que se construye todo este edificio insoportable al que llamamos capitalismo.