Con la verdad por delante, eres más elegante
Cuando eres responsable de un evento para más de doscientas personas, el cerebro está concentrado porque no puedes quedar mal y comienzas por encender una vela para pedir a los espíritus que nos echen una mano desde el más allá. Uno de mis vicios más sanos es preparar las comidas con mis manos y con el corazón, pero cuando tenemos que hacer un favor a un amigo que desea "invitar a doscientas cincuenta personas a comer gastronomía canaria" para celebrar su cumpleaños, es un asunto muy serio.