Hablaba en mi último artículo de la derechización de nuestra sociedad, y vuelvo hoy con más argumentos a propósito de la última matanza de EEUU, la de ayer en un colegio de Texas. ¿Por qué tanta barbarie?, es la pregunta. Es cosa de la Segunda Enmienda, en un país que lo formaron forajidos ávidos de oro y exiliados y desterrados de lo peor de Europa que no tuvieron piedad alguna con los originarios pobladores de aquellas tierras. Allí no hubo Renacimiento, ni Ilustración, ni corrientes filosóficas, ni Romanticismo, ni Siglo de Oro, ni cultura árabe, ni Grecia Clásica, y eso nos da una pista, en EEUU no hay cultura de democracia o amor por la belleza arraigados en su historia, una historia que se construyó a base de abusos y esclavitud. Se entiende pues si tenemos en cuenta su origen que no tengan los estadounidenses apenas confianza en instituciones de derecho público que regulen la vida de las personas en base a parámetros de justicia y equidad. En otras palabras, el norteamericano medio históricamente nunca ha confiado en lo que pueda hacer el Estado por él y mucho menos en el ser humano, de ahí que el derecho a portar armas para defenderse esté tan arraigado, inserto incluso en su constitución.