Sin duda, el sector de la construcción apuntala la economía canaria, es decir, es como el madero hincado en firme, que sostiene lo que está desplomándose o amenaza ruina. Consolidando su papel de locomotora, es una seguridad para coger confianza y hacer frente a la incertidumbre que nos envuelve por todas partes, siendo el sector con más dinamismo empresarial y creador de empleo. Pero hay que destacar y poner en valor, la paradoja de la construcción en nuestras islas, basada en que, soportando un incremento desmesurado en el precio de las materias primas o energéticas, el sector resiste y continua al alza. Siendo un acto de responsabilidad de los empresarios, que no cejan en cumplir sus compromisos, a pesar de las dificultades.