¿Qué dirían ustedes del dueño de una casa que la decorada con cuadros de Franco por las paredes? A lo sumo dudaremos entre franquista o como mínimo un nostálgico de aquellos tiempos. Pues si esta reflexión está clara, por qué no se entiende igual cuando hablamos de símbolos de Franco o del franquismo decorando una ciudad. ¿Tenemos que ser todos los santacruceros franquistas a la fuerza? ¿No es acaso Santa Cruz la ciudad y la casa de todos los que aquí vivimos? Pues parece que ni al alcalde Bermudez (CC) ni a sus socios del PP les entra en la cabeza, y así llevamos ya unos días con el asunto de los monumentos y demás reseñas conmemorativas del franquismo en Santa Cruz de Tenerife siendo portada de toda la prensa por el monumento a Franco de la avenida Anaga que los populares quieren recuperar gracias a la tibieza del alcalde nacionalista, cuando además somos la ciudad de España con más recuerdos y homenajes a la dictadura, a pesar de tener una la Ley de Memoria Histórica vigente que obliga a retirarlos, y a pensar sobre todo de que estamos hablando de homenajes a un régimen que provocó una guerra civil en la que se contaron en torno a 700.000 muertos sumados ambos bandos, además de unos 150.000 desaparecidos posteriores, por no hablar de los casi 40 años de aislamiento, regresión cultural, boicots internacionales, hambrunas, miserias y represiones de todos los colores.