Parece que molesta o por lo menos, hay algunos que así lo perciben, que se hable con franqueza, exponiendo los asuntos tal cual son, sin ambigüedades, ni componendas de ningún tipo. Quieren que todo siga igual, para mantener las prebendas que gozan y no cambiar nada, aunque eso signifique estancamiento para el conjunto. Es aquello de que mientras yo me salve, que los demás se hundan, siendo el egoísmo personificado, rampante y malévolo. Que cada cual se comporte como quiera, pero todos tenemos una responsabilidad social, por exigencia ética y moral. Hay que cumplirla, porque es saludable vivir en plural, ya que el bienestar de todos es el mejoramiento de cada uno. Decía el filósofo Séneca que “no hay bien alguno que no nos deleite si no lo compartimos”.