Cuando parece que todo y todos, estamos mediatizados por intereses de cualquier condición, mantener la independencia, que es la libertad, para no ser tributario ni dependiente de otro, con el añadido de contar con la entereza o firmeza de condición, necesaria para defenderla, es un valor irrenunciable. Lo que pasa, es que no se quiere entender lo que supone, porque es un ejemplo, que la sociedad política, entendiendo por ello, a los partidos, líderes, responsables públicos o gobiernos en sus distintos ámbitos territoriales, no quieren consentir, porque crea antecedentes que les quita protagonismo e influencia.