En calzoncillos con un martillo por las calles de El Fraile
Después de pintar el techo de la azotea de la casa porque huelo que caerán lluvias torrenciales que dejarán huella, aunque después volverá el infierno caluroso y después de soportar las bromas de los vecinos porque tengo mucha moral con la lluvia, resulta que cuando salgo para limpiar la acera aparecen dos agentes de la Policía Canaria y pararon para preguntarme si había visto a un trastornado en calzoncillos y con un martillo andando por la calle.