Además de partidos del Tenerife y presentaciones del carnaval ocurren otras cosas por estas latitudes, otras cosas no tan buenas que habitualmente me toca denunciar a mí. Se trata una vez más de la aporofobia tristemente ya normalizada en nuestra sociedad, una aporofobia (odio al pobre) que es aún más grave cuando es la propia administración pública la que la aplica, lo vimos en el edificio Tabaiba en San Isidro, con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado puestos del lado de las bandas de paramilitares peninsulares (luego un juez les dio la razón a las familias acosadas, pero ahora nadie restituye el daño), y lo vemos en el vídeo que les paso a continuación, donde se persigue a las personas sin hogar de Santa Cruz de Tenerife que viven en coches, hostigándolos para que se marchen.