Llevo muchos años cuidando y acompañando a personas en fase avanzada de su enfermedad, con la muerte alrededor y os quiero contar una historia.
Teresa Poyal Cáliz. (*) ASSOPRESS
Ya desde muy pequeña, me llamó la atención el dolor, primero en mis carnes, más tarde el de ”los otros”. Aquello que tanto nos hacía sufrir, el dolor, se vivía casi como algo para ganarse el cielo, que había que pasar y que hasta era necesario para conseguir el objetivo de la curación, incluso estudiando la carrera de medicina, eso del dolor sólo se mentaba como un aviso de que algo estaba pasando.