La rapidez en la resolución de los problemas no está de moda, todo lo contrario, la lentitud es la norma. Los motivos son varios, puede ser que no salga un asunto adelante por las circunstancias sobrevenidas que impiden resolverlo. También encontramos a los que no saben, ya que hay mucho listillo ocupando funciones gestoras, sin la suficiente preparación académica, profesional o técnica, ni tampoco, con la capacidad funcional oportuna, por cierto, que casualidad, suelen ser los más numerosos. Otro motivo paralizador está en la no querencia, son los que siempre anteponen problemas a soluciones, pegas por doquier, nos referimos a los típicos noistas, muy conocidos en nuestra isla, por hacer equipo con los escarabajos, que aparecen o desaparecen según donde haya que ejecutar una obra. Los motivos negacionistas que se inventan son variados, repetidos y copiados de libros de texto, su única intención es obstaculizar todo lo posible, para que no pase nada, perjudicando al conjunto societario y en cambio, ellos seguir viviendo del cuento, que muchas veces le trae pingües beneficios.