Insistir no es malo, sino conveniente, cuando los asuntos se estancan, los temas no sufren variación o los problemas se enquistan. Por lo menos, sirve para no olvidar lo que es conveniente tener siempre presente. Hay que estar alerta sobre el deterioro económico y social que sufre Tenerife, lo venimos diciendo año tras año, a lo que hay que sumar la falta de autoestima generalizada en la ciudadanía, como consecuencia del abandono sostenido en el tiempo, por el adormecimiento y conformismo, de los que han tenido y tienen responsabilidades públicas. Nuestra isla, tristemente es un territorio desvertebrado, colapsado, inmovilizado y caracterizado por las colas y los atascos en todos los sitios y también, en todos los asuntos, carente de pujanza económica, con evidentes deficiencias en la dotación de infraestructuras y lo que es peor, con falta de liderazgo para salir adelante con pujanza. No cambia nada, no se camina, no se hace, no se impulsan actuaciones convenientes, en definitiva, no se construye y eso significa sencillamente, empeorar en todos los parámetros.